02 marzo 2015

El populismo es comética (Artículo de Roberto Domingo)

No verá mi generación un país desarrollado, con sus fuerzas productivas y potencialidades desplegadas, con políticas económicas de tipo populistas.
El equipo económico nacional se encuentra totalmente abocado, no a intentar darle solución a los problemas de fondo, como lo son el parate productivo, comercial, expulsión de mano de obra, desinversión, crisis de las economías regionales, caída del salario real o la atrofia de un sector público, sino que se encuentra dedicado exclusivamente a huir de la realidad. En las actuales circunstancias, el proceso inflacionario encontrará campo propicio para evolucionar. La coyuntura se parece mucho a otros desenlaces de períodos populistas, con algunas particularidades propias de esta administración: inflación, conflictos salariales, desocupación, tipo de cambio atrasado (para contener algo el fenómeno de aumentos sostenido de precios), tarifas subsidiadas, endeudamiento. Todos asuntos relacionados con la problemática del subdesarrollo, que sigue sin resolverse.
Para el desarrollismo este modelo de política económica no se diferencia de los demás periodos populistas que administraron con anterioridad. La razón es que continúan evitando lo prioritario: EL CAMBIO DE ESTRUCTURA PRODUCTIVA. Argentina tiene un tipo de estructura productiva que carece de capacidad de ofrecer la cantidad y calidad de bienes y servicios que se demandan. La actual “pax” cambiaria y la “contención” de los precios son victorias efímeras porque las causas que producen estos fenómenos se encuentran sin resolver. En verdad, ni siquiera son diagnosticadas.
  • El fenómeno inflacionario, señalado como el aspecto más importante a resolver por todo el arco de economistas tradicionales, muy lejos está de solucionarse porque no se ataca en su causa: el subdesarrollo. No se podrá tener éxito si se trata a la inflación como un problema independiente de nuestra estructura productiva subdesarrollada. Para los desarrollistas, la inflación es un subproducto, un síntoma, un reflejo; solo resolviendo el origen puede vencérsela. Año a año el índice viene evolucionando, y así seguirá mientras se persista en pensar que nuestra economía está sana.
  • El déficit fiscal se ha hecho crónico. Los gastos del estado han aumentado en el período 2003-2014 más de 20 veces. Detenta dicho sector público empresas que son altamente deficitarias como Aereolíneas Argentinas, la cual se financia de manera nociva. Las formas de financiarse de esta administración son elaumento de los impuestos a quienes producen y trabajan, la emisión monetaria y el endeudamiento. Maneras de ninguna manera novedosas para el populismo, que atentan directamente contra quien pretende invertir. De cada 100$ gastados por el sector público en 2014, 15$ se destinaron a subsidios a empresas prestadoras de servicios (tarifas políticas).
  • Después de años de supuestas recomposiciones salariales y re-distribuciones de ingresos, en 2014 con una inflación cercana al 39%, las correcciones salariales que se les ofrece a los trabajadores rondan el 25%. Al sector pasivo se les aumentó sus haberes un 29%. Queda claro que la cosmética populista duró mientras los que financiaron el sistema tuvieron rentabilidad.
Conclusiones:
No existen diferencias de fondo del período 2003-2014 con otros procesos populistas aplicados con anterioridad en Argentina, salvo hechos puntuales como el precio alto de algunos productos ,como la soja, el cual financió largo tiempo el espejismo.
La cosmética con que se ha aplicado la política populista puede desorientar al ojo desprevenido, pero al final el ciclo desembocará en una crisis.
La coincidencia, decimos, es completa: mantener intacta la estructura productiva nacional.  
Roberto Domingo

Contador Público Nacional

Director del Centro de Estudios Nacionales (CEN) – Filial Entre Ríos

Movimiento de Integración y Desarrollo (MID)

Paraná, Entre Ríos

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